Uno de los Principios que Rigen el Universo: La Ley de Causa y Efecto
Uno de los Principios que Rigen el Universo: La Ley de Causa y Efecto
¿Qué es la Ley de Causa y Efecto?
La ley de causa y efecto es uno de los principios fundamentales que rigen el Universo. Según este principio, por cada causa existe un efecto; en otras palabras, cada acción genera una reacción. Esta idea subyace en muchas corrientes de pensamiento y es esencial para comprender el orden natural y moral de la existencia.
Dios: La Causa Primera de Todas las Cosas
La existencia de Dios es uno de los cinco principios básicos del Espiritismo. Según la doctrina:
Dios es la inteligencia suprema y la causa primera de todas las cosas.
Él es el creador del Universo, y basta con observar las obras de su creación para comprender que nada sucede por casualidad.
Dios es eterno, inmutable, inmaterial, único, todopoderoso, soberanamente justo y bueno. Él creó el Universo, que engloba a todos los seres (animados e inanimados, materiales e inmateriales). (Fuente: El Libro de los Espíritus, de Allan Kardec)
¿Cómo Funciona la Ley de Causa y Efecto?
El funcionamiento de la Ley de Causa y Efecto se basa en dos factores fundamentales:
1. Libre Albedrío
El libre albedrío es nuestra capacidad de tomar decisiones de manera autónoma. Esto implica que:
Disponemos de la libertad para actuar, eligiendo entre lo que consideramos correcto e incorrecto.
Allan Kardec, en El Libro de los Espíritus, pregunta:
¿Tiene el hombre libre albedrío sobre sus acciones? Respuesta: «Como tiene libertad de pensar, también tiene libertad de actuar. Sin libre albedrío, el hombre sería una máquina.»
¿El hombre goza de libre albedrío desde su nacimiento? Respuesta: “Hay libertad para actuar, siempre que exista la voluntad. En las primeras etapas de la vida la libertad es casi inexistente; se desarrolla conforme el niño crece y se ajusta a las exigencias de su edad.”
Por lo tanto, el libre albedrío implica que somos responsables de las consecuencias de nuestras decisiones.
2. Reencarnación
La reencarnación es vista como la oportunidad para corregir nuestras imperfecciones. La Justicia Divina dicta que nuestro Espíritu debe cumplir con las deudas generadas en vidas pasadas:
Aunque no recordemos todas nuestras vivencias o penas, llevamos un “equipaje” de acciones.
Cada nueva vida corporal nos somete a pruebas y expiaciones, permitiéndonos evolucionar espiritualmente.
La Ley de Causa y Efecto en el Ámbito Legal
Este principio no se limita solo a lo espiritual o filosófico, sino que también se aplica en Derecho Penal, donde se denomina:
Nexo Causal o Vínculo de Causalidad: Se considera la relación entre la conducta adoptada y el resultado obtenido. Es decir, un fenómeno (efecto) es consecuencia directa de otro (causa).
La Ley Espiritual de Acción y Reacción
Si bien la tercera ley de Newton describe la acción y reacción en el ámbito físico, existe una correspondencia en lo espiritual:
Acción y Reacción Espiritual: Nuestras conductas tienen repercusiones en nuestro desarrollo espiritual. Si actuamos correctamente, recibiremos recompensas; si perpetuamos acciones negativas, cosechamos sus consecuencias.
Karma, Dharma y la Ley de Causa y Efecto
Aunque relacionados, karma y dharma no son lo mismo que la ley de causa y efecto:
Dharma: Significa “aquello que sostiene”. Se refiere al conjunto de deberes morales y funciones que debemos cumplir.
Todos los seres humanos comparten un dharma común según su especie, pero cada individuo posee un dharma específico, una misión particular en la vida.
Karma: Representa la idea de que cada acción produce una reacción, reflejando las consecuencias futuras de nuestros actos.
Un individuo puede acumular diversos karmas a lo largo de esta vida y de reencarnaciones pasadas. No se trata de algo inherentemente negativo, sino del resultado natural de lo que practicamos.
En resumen, el Dharma organiza los karmas, permitiéndonos cumplir con nuestro destino y evolucionar.
Justicia Divina y la Ley de Causa y Efecto
La Justicia Divina se basa en el código divino o en la Ley de Dios, también conocida como Ley Natural:
Dado que Dios es infinitamente bueno y justo, Él no crea el mal.
El mal proviene del propio hombre, producto de la ignorancia.
Todos los Espíritus están sujetos a las mismas leyes, pues fueron creados iguales y con la capacidad inherente de evolucionar.
En esencia, la Justicia Divina cumple y refuerza la Ley de Causa y Efecto, asegurando que cada acción tenga su consecuencia correspondiente.

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